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Parte I – Nascita di un guerrigliero
Parte II – Le cause del fallimento
Parte III – Morte di un guerrigliero
Este reportaje sobre el Che permite ver personas que ya no es posible entrevistar. Muchos de ellos, como Salvador Allende, murieron poco después. Se podrá apreciar la única entrevista que ofreció el secretario general del Partido Comunista Boliviano, Mario Monje, a pesar de los ataques que recibió por parte de Cuba y de Fidel Castro; así como otra entrevista, al campesino que denunció al Che ante las tropas bolivianas y del sargento que lo ejecutó en la escuela de La Higuera, donde el Che estaba herido.
Esta es la versión original del reportaje documental sobre el Che Guevara que realicé en el 1972 y que terminé de montar en los primeros meses del 1973. Este documento nunca fue retransmitido. La RAI, donde yo era director de los servicios para América Latina en aquel momento, la consideró políticamente inoportuna.
El director de los servicios periodísticos, Willy de Luca, cuando acabó de visualizar la moviola de compaginación final en italiano me dijo: „Roberto, este servicio no le hace gracia a los cubanos; no le hace gracia a los soviéticos; no le hace gracia a los americanos. ¿Para quién lo has hecho?“ Y mi jefe directo, Sergio Zavoli, que había venido a mi despacho cada día durante los dos meses de trabajo de compaginación y no había dicho una palabra en contra de lo que veía, dijo: „Willy estoy totalmente de acuerdo contigo“.
Moraleja: era mejor dejar por un tiempo de lado ese enorme trabajo periodístico. Me dieron como premio un viaje de un mes de duración, con todos los gastos pagados por la RAI al lugar al lugar del mundo que yo eligiera.
Así que partí para Japón, donde recibí un telegrama del compaginador, Luciano Benedetti (en esa época no había ni fax y menos aún Internet), en el que me avisaba que De Luca y Zavoli estaban rehaciendo por completo el reportaje. Envié un cable advirtiendo que, si bien el material pertenecía a la RAI, no lo firmaran con mi nombre, a lo que Zavoli me contestó que la calidad del material no los eximía de sus responsabilidades.
Al volver a Italia hice una declaración a los medios indicando que no había visto la transmisión italiana del documental firmado con mi nombre (de una duración muy limitada), y que no opinaba sobre ella. Solo quería que dejar claro que no era de mi responsabilidad.
Esto levantó un gran escándalo. De Luca me convocó para decirme dijo que al recibir un sueldo de la RAI podían disponer de mi firma. No acepté esa tesis, nos peleamos y me destituyó como director de los servicios para América Latina. Quedé a disposición de la RAI por unos meses, esperando en mi casa sin hacer nada. Tenía prestigio como periodista, en 1970 había ganado el Premio St. Vincent , equivalente al Premio Nacional de Periodismo, precisamente con un gran documental sobre América Latina. Al ser parte del sistema, se esperaba que volviera a él, cosa que yo no tenía la menor intención de hacer.
Pocos meses después, en una de las tantas reorganizaciones de la RAI que se realizaban con cada cambio de gobierno en Italia, Willy De Luca pasó a ser Director General y Sergio Zavoli Presidente. Con ese cambio de dirección me llegó la carta de despido. Recurrí en Tribunal y condenaron a la RAI a pagarme una indemnización y a ser reintegrado en mi cargo. Tomé la indemnización y con ella seguí mi propio camino para crear un tipo de periodismo alternativo al sistema comercial.
Mientras De Luca y Zavoli montaban el documental a su manera y reducían su duración, tiraron a la basura todo el material con el cual yo tenía planeado hacer dos servicios más. Es una lástima, porque se trataba de material sobre el papel de la CIA en América Latina y una buena cantidad de entrevistas únicas. Pero tuve la suerte de que el compañero compaginador robó la copia del trabajo de la versión española, que ellos no sabían que yo estaba haciendo simultáneamente.
Esta copia, que era material de trabajo y que cumple ahora 42 años, es la que ahora van a visualizar. De esta copia habría que haber obtenido la copia final, bien acabada, así es que será necesaria una gran paciencia y cierta imaginación para seguir el reportaje.
El contenido de esta copia está dividido en tres partes. Las dos primeras de una hora de duración y la tercera de 76 minutos. Son tres partes deliberada y técnicamente diferentes. La primera, el camino del Che hasta su llegada a Cuba, es un típico documento de reconstrucción histórica. La Segunda es el clásico reportaje periodístico sobre la muerte del Che.
En aquella época, la posición oficial era que el Che había muerto en combate y este trabajo fue el primero en desmentirla: la versión que emitió la RAI dejó pasar ese mensaje. La Tercera, que es la más importante, está elaborada como una entrevista de reflexión, una fórmula que en su época era muy novedosa.
Obviamente, hoy el lenguaje televiso es totalmente diferente. Es el tiempo de la imagen lo que es diferente. Es impensable hacer entrevistas de más de cinco minutos. El sueño del entrevistador de hoy es obtener una respuesta que sea más breve que su pregunta.
Twitter es un nuevo medio de comunicación que tiene muchas ventajas. Pero, por cierto una de ellas no es el análisis y la contextualización de los temas. El documental presenta al Che a través de los que le conocieron, desde el escolta que pensó en matarlo, hasta el campesino que lo denuncia, o al sargento que finalmente lo mata.
Yo conocí personalmente al Che, pero esa es una historia para otra ocasión. En este documental, el periodista deliberadamente sale de la pantalla y hace preguntas obvias, para que el espectador se sienta en diálogo directo con la realidad.
El mundo ha cambiado desde 1973, pero las razones del Che para intentar parar el camino de la coexistencia pacífica, se hacen hoy más evidentes. Más allá de lo racional y de lo realista que fuera el camino que lo lleva a morir en una escuelita de un pueblo en los Andes bolivianos, no hay duda que estamos de vuelta a los niveles de desigualdad social y de una finanza sin controles.
Según Oxfam, en 2025, Inglaterra regresará a los mismos niveles de injusticia social de los tiempos de la Reina Victoria. En aquella época un desconocido filósofo alemán, Karl Marx, escribía en la librería del British Museum sus denuncias contra la explotación de niños y mujeres.
Podemos considerar descabellado y pura aventura el camino del Che, pero tenemos que respetar su forma de sacrificio personal, ya que sabía que al fin del camino del enfrentamiento al capitalismo, el resultado certero era que se volvía a una época de explotación y de injusticias.
Esta proyección va a volver a mostrar, –a las „víctimas“ que estén dispuestas a invertir más de tres horas a mirar un material de mala calidad– un mundo diferente. Un mundo en el que la política significaba ideas y visiones y no eficiencia administrativa. En la que había gente dispuesta a morir por sus ideales, por equivocados que estos pudiesen haber sido. Un mundo en el cual los términos „justicia social“ y „solidaridad“ eran parte del lenguaje político y que hoy han sido eliminados. Un mundo en el cual los ciudadanos creían que era posible el cambio, mientras las fuerzas opuestas se expresaban con las armas.
Hoy, desgraciadamente, no hay necesidad de armas. Las finanzas controlan el status quo, el arma más temible del conservadurismo. En un mundo donde se gasta más por persona en publicidad que en educación, donde el mercado ha sustituido al hombre, creo que al final del documental descubriremos que en cada uno de nosotros hay un pequeño Che.